sábado, 13 de abril de 2013

No es posible que exista el purgatorio; he aquí el porqué

Miren esa ficción del purgatorio que está regresando a la Iglesia de Inglaterra, y que es apetecida por ciertos disidentes. Están comenzando a creer en una forma modificada de purgatorio, y este es un signo oscuro de los tiempos. El purgatorio ha remunerado muy bien al Papa; es la provincia más opulenta de sus dominios, y ha provisto su despensa copiosamente. Pero ¿cómo puede el pueblo de Dios ir al purgatorio? Pues si fueran al purgatorio, irían allí por pecados que Dios no recuerda, y así, no podría dar una explicación para enviarlos allá. No poseo una comunicación auténtica por medio de la cual describir el purgatorio, pero de acuerdo al reporte de la iglesia romana, es un lugar terrible; ahora, si los verdaderos creyentes fueran allí, entonces Dios en efecto recuerda sus pecados, que Él mismo dice que no recordará; o, de lo contrario, los castiga por pecados que no recuerda. ¿Acaso oyeron alguna vez de un juez que enviara a un hombre a prisión por un crimen que el juez no recordara? ¿Acaso Dios perdona y olvida y sin embargo castiga?

Les ruego que no crean bajo ningún concepto en un estado intermedio en el que el pecado pueda ser expiado o la condición del hombre pueda ser alterada. Cuando mueran irán ya sea al cielo o al infierno, y será de manera directa, y su estado en cualquiera de los casos será permanente, y fijado eternamente sin la posibilidad de un cambio. Esta doctrina es la piedra angular del protestantismo, y si fuera quitada, quedaría un vacío en el que todas las doctrinas erradas del papado prontamente encontrarían un nido. Permanezcan firmes en la verdad revelada en la Escritura, y únicamente en ella. Los impíos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna. Si eres perdonado, Dios no recordará nunca tus pecados; de tal forma que, bajo ningún concepto, tendrás que hacer una expiación por ellos alguna vez.
C. H. Spurgeon - Dios no se acordará del pecado - sermón #1685

viernes, 12 de abril de 2013

Dando siempre gracias por todo



“El verdadero espíritu de un cristiano es de perpetuo agradecimiento”.
C. H. Spurgeon – Sermón #3424 – Volumen 60.

jueves, 11 de abril de 2013

Una nota de ánimo para los apáticos


 Sería una señal muy bendita de gracia si cada uno de nosotros sintiera en este día lo siguiente: “Tal vez haya algo más que yo pudiera hacer por Cristo; lo haré de inmediato. Tal vez haya algo que yo pudiera darle a Cristo: algún departamento de la obra cristiana recibirá una donación especial de parte mía. Tal vez tenga un talento que no he usado nunca como una vieja espada que cuelga sin pulir, y en este día de batalla cada arma debe ser usada y yo no he usado la mía. Ahora, delante del Señor alzo mi mano al cielo y pido que si tengo cualquier cosa, aunque sea el más mínimo talento, que no haya usado, que Él me ayude a usarlo de inmediato”. Este es un mundo tan oscuro que no debemos desperdiciar la más pequeña linterna. La noche es tan oscura que incluso una luciérnaga no debe rehusar proyectar su débil rayo. Cada uno de nosotros debe prestar un servicio personal a Cristo. ¿No saben que todos los miembros del pueblo de Dios son sacerdotes? Estos sacerdotes mentirosos de hoy en día se ponen sus llamativos atavíos tal como los sacerdotes de Baal, y pasan al frente diciendo: “Nosotros somos sacerdotes”. Serán sacerdotes de Dagón, sacerdotes de Baal o sacerdotes del infierno, pero no sacerdotes de Dios. Los sacerdotes de Dios son aquellos que viven de entre los muertos por el poder del Espíritu Santo, y todo varón y toda mujer aquí presentes que amen a Jesús son sacerdotes para Dios. Oh hermanos, Dios quiere que todos ustedes actúen como sacerdotes, y no que digan: “Tenemos un ministro, que sirva él a Dios por nosotros”. 
C. H. Spurgeon - sermón #734

¡Ojo!


Multiplicar en la oración expresiones tales como: “¡Oh Señor! ¡Oh Señor! ¡Oh Señor!”, pudiera no ser siempre correcto. Pudiera haber mucho pecado en tales repeticiones por ser equivalentes a tomar el nombre de Dios en vano.
C. H. Spurgeon - Sermón #734

jueves, 4 de abril de 2013

Una gran verdad




“¡Oh, no piensen jamás que Cristo sea más lento que nosotros! ¡Nosotros no le amamos nunca antes que Él nos ame! Si nuestro corazón le ama, es porque Su alma nos amó desde hace mucho tiempo!”
C. H. Spurgeon – Sermón #260 – Volumen 5