domingo, 30 de septiembre de 2012

Aspectos de la Santidad



(ii) ¿Cómo difieren?

a) La justificación consiste en considerar que una persona es justa gracias a Jesucristo. Es algo que es hecho en favor del creyente. La santificación realmente consiste en que el Espíritu Santo hace justa a una persona en su interior; es algo que es hecho en el creyente.

b) La justicia que los creyentes tienen en la justificación no es propia de ellos sino de Cristo. La justicia de la santificación es la propia del creyente.

c) En la justificación las obras religiosas que nosotros hacemos no tienen ninguna significado. La simple fe en Cristo lo es todo. En la santificación nosotros actuamos; luchamos, vigilamos, oramos, nos esforzamos y trabajamos.

d) La justificación es algo que es completo y acabado. La santificación no se acaba sino hasta que llegamos al cielo.

e) La justificación no crece ni aumenta. Los creyentes son tan justificados en la hora cuando creyeron por primera vez como lo serán siempre. La santificación es un movimiento en nuestras almas; crece y aumenta a lo largo de toda nuestra vida.

f) La justificación tiene que ver con nuestra posición delante de Dios; la santificación tiene que ver con el estado de nuestra alma.

g) La justificación nos da autoridad para entrar en el cielo; la santificación nos prepara disfrutar de la vida en el cielo.

h) La justificación es la obra de Dios fuera de nosotros; es invisible para otras personas. La santificación es la obra de Dios en nuestro interior; es obvia para las personas que nos rodean.

Estas distinciones son muy importantes para mis lectores. No permitan nunca que esas dos palabras se confundan, y no deben olvidar las distinciones que hay entre ellas. Son dos cosas separadas; con todo, todo aquel que tenga una tiene que tener la otra.
J. C. Ryle - Aspectos de la Santidad

    
    




miércoles, 26 de septiembre de 2012

Aspectos de la Santidad



3. Por último, deseo considerar la diferencia entre justificación y santificación, mostrando cómo coinciden y cómo difieren.

(i) ¿Cómo coinciden?

a) Ambas se originan como dones gratuitos de Dios para los creyentes.

b)  Son el resultado de la obra de Cristo, de la cual fluyen tanto el perdón que justifica como la santidad que santifica.

c)   Ambas han de encontrarse en el mismo creyente; los justificados son siempre santificados, y los santificados son siempre justificados.

d)   Ambas comienzan al mismo tiempo. En el momento en que una persona es justificada, comienza a ser santificada.

e)    Ambas son igualmente necesarias para la salvación. Nadie llega al cielo sin santidad y sin perdón.  
J. C. Ryle - Aspectos de la Santidad  
    




martes, 25 de septiembre de 2012

Aspectos de la Santidad



g) La santificación se muestra en prestar atención a todas las gracias espirituales que nuestro Señor exhibió tan bellamente. “Como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13: 34, 35). Pedro, dirigiéndose a los creyentes, expresa lo mismo: “Mas si haciendo lo bueno sufrís… para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (1 Pedro 2: 20,21). Pablo nombra nueve gracias en su lista del fruto del Espíritu en Gálatas 5: 22-23. Es un disparate tener pretensiones de santificación a menos que mostremos estas cosas en nuestras vidas. No todos los creyentes exhiben igualmente todas estas señales, pero constituyen la norma bíblica a la cual debe aspirar todo creyente. 
J. C. Ryle - Aspectos de la Santidad   
   

domingo, 23 de septiembre de 2012

Aspectos de la Santidad



f) La santificación se muestra en un constante esfuerzo para cumplir la voluntad de Cristo. Sus requerimientos prácticos se encuentran a lo largo de los Evangelios, y en el Sermón del Monte. Nuestro Señor enseñó continuamente lo que Sus discípulos debían ser y hacer. “Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando” (Juan 15: 14) fueron Sus palabras. Nosotros servimos todavía a este mismo Señor.

g) La santificación se muestra en un deseo de vivir según la norma que Pablo puso delante de las iglesias. La norma ha de encontrarse en los capítulos finales de casi todas sus epístolas. Yo desafío a cualquiera que lea los escritos de Pablo cuidadosamente sin que encuentre en ellos un gran número de claras instrucciones prácticas acerca del deber cristiano en cada relación de la vida. Estas instrucciones fueron escritas por la inspiración de Dios para guía de los cristianos profesantes.    
J. C. Ryle - Aspectos de la Santidad

sábado, 22 de septiembre de 2012

Aspectos de la Santidad



d) La santificación no consiste en retirarse de la vida diaria en el mundo. En cada época ha habido quienes han creído que retirarse del mundo y recluirse es una vía rápida para la santificación. Pero donde vayamos llevaremos con nosotros esa fuente de mal: nuestros corazones. La verdadera santidad no es una planta frágil que sólo puede sobrevivir en un vivero, sino que es una planta fuerte y resistente que puede florecer en la vida diaria y normal. La verdadera santidad no hace que un cristiano evada las dificultades, sino que las enfrente y las venza.

e) La santificación se exhibe en un continuo respeto por lo que Dios requiere de nosotros. ¡Quienquiera que pretenda ser un santo, mientras sigue mofándose de los Diez Mandamientos y sigue considerando que es algo trivial quebrantar cualquiera de ellos, está seriamente engañado y le será difícil demostrar en el último día que es un santo!  
J. C. Ryle - Aspectos de la Santidad 
    

jueves, 20 de septiembre de 2012

Aspectos de la Santidad



 ¿Cuáles son las señales visibles de una persona santificada?

a) La santificación es algo más que hablar sobre religión. Algunas personas están tan familiarizadas con las palabras y las frases del Evangelio, y hablan tan fluidamente acerca de ellas, que convencen a los demás de que son creyentes. Dios no quiere que los miembros de Su pueblo sean meros toneles vacíos, gongs reverberantes o címbalos que retiñen. “No amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad” (1 Juan 3: 18).

b) La santificación no consiste simplemente en experimentar sentimientos religiosos temporales. Algunos servicios especiales y reuniones de avivamiento pueden captar mucha atención, y hemos de dar gracias a Dios cuando presentan el mensaje evangélico a tantas personas. Pero estas cosas están acompañadas de peligros así como de ventajas. Doquiera que el trigo sea sembrado, allí sembrará el diablo la cizaña. Debemos cuidarnos de la excitación religiosa que provoca que la gente sienta una atracción temporal hacia el Señor. Después de un breve tiempo pueden retroceder y luego son peores y más empedernidos que antes. Exhortemos a todo aquel que muestre un nuevo interés en el cristianismo a que no se contente con nada que no sea una profunda obra de santificación por parte del Espíritu Santo.

c) La santificación no es simplemente la realización ocasional de acciones rectas. Muchas personas sinceras se complacen haciendo de tiempo en tiempo lo que consideran que son actos religiosos. Pero me temo que en muchos casos esta religiosidad externa no es un sustituto de la santidad interior. Me parece que hay la necesidad de hablar muy claramente sobre este tema. Podría haber una inmensa cantidad de “servicio corporal” pero que no hubiera la más mínima santificación real. 
J. C. Ryle - Aspectos de la santidad

   



miércoles, 19 de septiembre de 2012

Aspectos de la Santidad



La santificación es algo que será absolutamente necesario en el gran día del juicio. Cuando Dios nos llame al juicio final, la evidencia de que nuestra fe en Cristo es genuina será la única cosa que nos salve de la condenación. La pregunta no será cómo hablamos y qué profesamos, sino cómo vivimos y qué hicimos. "Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo" (2 Corintios 5: 10).

La santificación es necesaria pues nos prepara para el cielo. ¡La mayoría de la gente espera ir al cielo cuando muera, pero pocos se toman la molestia de considerar si gozarían estando allí! El cielo es esencialmente un lugar santo: sus habitantes son santos y sus ocupaciones son santas. Para ser felices en el cielo es obvio que debimos habernos preparado para estar allí mientras permanecimos en la tierra. Cuando un águila sea feliz en una jaula de hierro, cuando una oveja sea feliz en el agua, cuando un búho sea feliz bajo el resplandor del sol del mediodía, cuando un pez sea dichoso en tierra seca, entonces, y sólo entonces, podré admitir que una persona no santificada pudiera ser feliz en el cielo. 
J. C. Ryle - Aspectos de la Santidad