miércoles, 19 de mayo de 2010

Lo que el "pensamiento moderno" nos sigue diciendo

Esta es la sugerencia de la hora presente: si el mundo no quiere venir a Jesús, ¿no ha de suavizar Jesús el tono de Sus enseñanzas para el mundo? En otras palabras, si el mundo no quiere elevarse hasta la iglesia, ¿no debería descender la iglesia al mundo? En vez de convidar a los hombres a que se conviertan, y salgan de entre los pecadores, y se aparten de ellos, unámonos al mundo impío, entremos en unión con él, y así penetrémoslo con nuestra influencia permitiéndole que nos influencie a nosotros. Tengamos un mundo cristiano. Con este propósito, revisemos nuestras doctrinas. Algunas de ellas son pasadas de moda, inflexibles, severas e impopulares; por tanto, eliminémoslas. Usemos todavía las viejas frases para agradar a los que son obstinadamente ortodoxos, pero démosles nuevos significados para ganar a los infieles filosóficos, que merodean por los alrededores. Cercenemos las aristas de las verdades desagradables, y moderemos el tono dogmático de la revelación infalible: digamos que Abraham y Moisés cometieron errores, y que los libros que han sido tenidos en reverencia por tanto tiempo, están llenos de errores. Socavemos la vieja fe, e introduzcamos la nueva duda, pues los tiempos han cambiado, y el espíritu de la época nos sugiere el abandono de todo lo que sea demasiado severamente recto, y demasiado seguro de parte de Dios. La engañosa adulteración de la doctrina es acompañada de una falsificación de la experiencia. Ahora se les dice a los hombres que eran buenos cuando nacieron, o que fueron hechos buenos por el bautismo infantil, y por tanto la gran sentencia: "Os es necesario nacer de nuevo", es privada de su fuerza. El arrepentimiento es ignorado, la fe es una droga en el mercado comparada con la "duda honesta", y se prescinde de la lamentación por el pecado y de la comunión con Dios, para dar paso a los entretenimientos, y el socialismo, y la política de diversos matices. Una nueva criatura en Cristo Jesús es considerada como una amarga invención de los intolerantes puritanos. Esto es cierto, aunque a renglón seguido exaltan a Oliver Cromwell; pero, claro, ahora estamos en 1888 y no en 1648. Lo que fue bueno y grandioso hace trescientos años es simple mojigatería el día de hoy. Eso es lo que el "pensamiento moderno" nos está diciendo; y bajo su guía se le está suavizando el tono a toda la religión. La religión espiritual es despreciada, y una moralidad de moda es colocada en su lugar. Acicálate prolijamente el domingo; compórtate; y, por sobre todo, cree en todo, excepto en lo que leas en la Biblia, y te irá bien. Tienes que estar a la moda, y pensar como aquellos que profesan ser científicos: este es el primero y grande mandamiento de la escuela moderna; y el segundo es semejante: no seas singular, antes bien sé tan mundano como tus vecinos. De esta forma Isaac desciende hacia Padan-aram: de esta manera la iglesia está descendiendo al mundo. Los hombres parecieran decir: no tiene caso proseguir al viejo estilo, trayendo a uno de por aquí y a otro de por allá, procedentes de la gran masa. Necesitamos una manera más rápida de hacer las cosas. Esperar hasta que la gente sea nacida de nuevo y se vuelva seguidora de Cristo, es un largo proceso; debemos abolir la separación entre regenerados y no regenerados. Vengan a la iglesia, todos ustedes, convertidos e inconversos. Puesto que ustedes tienen buenos deseos y buenas resoluciones, eso será suficiente: no se preocupen por nada más. Es cierto que no creen en el Evangelio, pero nosotros tampoco creemos. Ustedes creen en una cosa u otra. Vengan, si no creen en nada, no importa; su "duda honesta" es mucho mejor que la fe.

"Pero" - dirás- "nadie habla así". Posiblemente no usen las mismas palabras, pero éste es el significado real de la religión del presente día; esta es la tendencia de los tiempos. Yo puedo justificar esta amplia afirmación que estoy haciendo basándome en la acción o en el lenguaje de ciertos ministros, que están traicionando arteramente a nuestra santa religión bajo la pretensión de adaptarla a esta era progresiva. El nuevo plan es asimilar la iglesia al mundo, y de esta manera incluir un área más extensa dentro de sus límites. Mediante actuaciones semidramáticas hacen que las casas de oración se asemejen a un teatro; convierten sus servicios en exhibiciones musicales, y sus sermones los transforman en arengas políticas o ensayos filosóficos; de hecho, convierten al templo en un teatro, y a los ministros de Dios los convierten en actores cuyo oficio es divertir a los hombres. ¿Acaso no es cierto que el día del Señor se está volviendo cada vez más un día de recreación o de holgazanería, y la casa del Señor es, ya sea un templo lleno de ídolos chinos, o un club político, donde hay más entusiasmo por un partido que celo por Dios? ¡Ay de mí! Los vallados están aportillados, derribados son sus muros, y para muchos, a partir de este momento, no hay iglesia excepto como una porción del mundo, y no hay Dios excepto como una fuerza imposible de conocer por la cual operan las leyes de la naturaleza. Esta, entonces, es la propuesta. Para ganar al mundo, el Señor Jesús debe someterse Él mismo y someter a Su pueblo y Su Palabra al mundo. No voy a detenerme por más tiempo en esta propuesta tan aborrecible.
C. H. Spurgeon, sermón #2047 - No debemos transigir.

La maravillosa historia del Evangelio

En verdad, anunciamos una historia maravillosa que podría parecer demasiado buena para ser cierta; pero es verdaderamente triste que la multitud de hombres siga sus caminos tras nimiedades y considere como simples sueños estas grandes realidades. Yo estoy sumido en la consternación ante el hecho de que el gran amor de mi Señor, que lo condujo a morir por los hombres, no sea considerado digno de su atención, y mucho menos de su fe. Se trata de un desposorio celestial, y verdaderas nupcias reales son puestas al alcance de ustedes; pero con una mirada de desprecio desechan todo eso y prefieren las fascinaciones del pecado.
C. H. Spurgeon, sermón #2047 - No debemos transigir.

lunes, 17 de mayo de 2010

Sobre el dinero

He leído al respecto de una camarera que viajaba a bordo de un barco americano, quien, cuando el barco se estaba hundiendo, vio grandes cantidades de monedas de oro esparcidas sobre el piso de la cabina por personas que las arrojaron allí, en la confusión generada cuando trataban de escapar. Ella reunió cuantas pudo, las envolvió, las ató a su cintura y saltó al agua. Naturalmente se hundió como si fuese una piedra de molino, como si estudiosamente se hubiese preparado para su destrucción.
C. H. Spurgeon, Vol. 52, Pág. 329

Acerca del dinero

Alguien le dijo a un ministro que había predicado un sermón, después del cual, se tendría una colecta: “Usted debería predicar a nuestros corazones, y así recibiría algún dinero”. El ministro respondió: “Sí, yo pienso que eso es muy probable, pues es allí donde ustedes guardan su dinero”.
C. H. Spurgeon, Vol. 38, Pág. 135

jueves, 13 de mayo de 2010

Hay una cierta mojigatería en los ministros que los descalifica para ciertas obras; no pueden hacer que su boca exprese una verdad en un lenguaje que las vendedoras de pescados entenderían. Bienaventurado es el hombre cuya boca dice la verdad de tal manera que las personas con las que habla la entienden.
C. H. Spurgeon, sermón #777

lunes, 10 de mayo de 2010

Cartas desde el sufrimiento - No.50

Westwood, Beulah Hill, Upper Norwood
18 de Octubre de 1891

A mi amado rebaño del Tabernáculo Metropolitano
Queridos amigos:

Puesto que todos ustedes oraron por mí tan importunamente, quisiera suplicarles que alaben conmigo de todo corazón. Mi estadía en la playa ha obrado portentos: me siento como un hombre completamente diferente, y mi doctor me da esperanzas de que cuando me haya restablecido no estaré tan mal, a pesar de los terríficos procesos por los que he pasado. ‘Engrandeced a Jehová conmigo, y exaltemos a una su nombre’. Yo estoy muy, muy débil, y el restablecimiento de mi fortaleza tiene que esperarse que sea gradual. La inevitable caída de la temperatura es un gran peligro para mí, por varias razones, y por esto mi amigo médico desea que me vaya lejos. Espero salir el lunes 26. Oren para que mi viaje en compañía de mi esposa sea seguro. ‘Mil millas’ es una seria palabra para personas tan débiles. ‘Jehová cumplirá su propósito en mí’, y cuando regrese a ustedes en paz celebraremos un acto de acción de gracias en público, y bendeciremos al Señor sanador.

Los voy a dejar en las manos de nuestro Dios. Como una iglesia del Dios vivo ustedes son ‘como una ciudad asentada sobre un monte que no se puede esconder’. El amor y la unidad de ustedes, igual que su oración y su fe, son conocidos por doquier. Espero que todas estas características soporten la presión adicional que será puesta sobre ustedes por la ausencia y la debilidad del pastor. Espero que lo soporten; pero cada uno de ustedes tiene que asegurarse de que la parte del servicio con la cual él o ella están individualmente involucrados, sea continuada con más eficacia que antes. Las almas tienen que ser salvadas, y Jesús ha de ser glorificado ya sea que el líder usual esté presente, o sea otro, o no haya ningún líder. Que el Señor escuche mi oración por ustedes, así como ha oído la oración de ustedes por mí. Yo estoy demasiado débil para hacer alguna aparición en público, o de lo contrario iría y suplicaría para que ahora, en la hora de su prueba, sean encontrados como oro puro que no teme que el calor continúe.

Les ruego su cooperación para con mi hermano, y con el señor Stott, y con los líderes en toda la obra regular y en el servicio de nuestro Señor. He llamado al doctor Pierson para que venga desde América con miras a que haya un avance en todo. Yo estaba ponderando el tema en mi corazón, y pensando que como ustedes han oído a tantos hombres diferentes pudiera ser bueno si, antes de mi retorno, alguien estuviera con ustedes por un buen tiempo, es decir, el mismo predicador durante algún tiempo. Nadie me sugirió al doctor Pierson; salió de mi corazón, y pienso que fui guiado por el Señor. Este amado hermano es el autor de varias obras poderosas del lado de la verdad, un hombre de un ardiente celo misionero. Yo he tenido la más íntima comunión de corazón con él como un paladín de la fe. Hace mucho tiempo me dijo que él renunciaría a toda ocupación para servirme, y yo le creí. Me senté a escribirle; y el hecho notable es que él ya me había escrito de tal forma que al día siguiente de mi carta tuve noticias suyas, dándome a entender que había llegado el momento en que su ofrecimiento inicial podría ser renovado. Yo creo que esto viene del Señor. Yo soy responsable por la acción, y no espero ninguna censura sino la aprobación manifiesta de mi Señor.

No permitan que nada decaiga. Pudiera haber algunas deficiencias que deban ser compensadas a mi regreso, pero traten de que sean tan leves como sea posible. Si los amigos ocuparan sus puestos no habría ninguna deficiencia.

No me voy a agobiar con ninguna preocupación. Dejo el rebaño con el Grandioso Pastor de las ovejas, y siento que ustedes serán guiados y alimentados. Que el Señor nos conceda que ya sea que hablemos o estemos callados, que nos regocijemos o suframos, que vivamos o muramos, todo sea para Su gloria y para el progreso de Su Evangelio. Yo soy deudor ahora de todas las iglesias y de todas las clases de la sociedad. La simpatía que me han mostrado cada día casi me rompe el corazón de gratitud. ¿Quién soy yo?

Una cosa sé: yo soy su amante servidor en Cristo Jesús, y el mensajero del Señor para muchas almas, que nunca me vieron, pero que han leído los sermones. Para ustedes, los del Tabernáculo, soy un pariente muy cercano.

Que Dios los bendiga.

Suyo en nuestra Cabeza que es una.

C. H. Spurgeon

Con motivo del día de la madre

"No podría decirles cuánto debo a las solemnes palabras de mi buena madre. Cuando éramos todavía unos niños, nos sentábamos en torno a la mesa y leíamos versículo por versículo de la Biblia, y ella nos explicaba la Escritura. A continuación venía el momento de las súplicas. Posteriormente venía la oración de nuestra madre. Recuerdo que en una ocasión su oración fue así: “Ahora, Señor, si mis hijos continúan en sus pecados, no será por ignorancia que perezcan. Y mi alma ha de ser un testigo dispuesto contra ellos en el día del juicio si no se aferran a Cristo”. Esa idea de una madre sirviendo de testigo voluntario en contra mía traspasó mi conciencia y sacudió mi corazón. Esta intercesión por ellos ante Dios, y por Dios ante ellos es el verdadero camino de llevar a los hijos a Cristo".
C. H. Spurgeon, Vol.10 Pág. 418

Con motivo del día de la madre

Si las oraciones de una madre no nos llevan a Cristo, son como gotas de aceite derramadas sobre las llamas del infierno que harán que ardan más fieramente en el alma por los siglos de los siglos. Procuren no apresurarse a la perdición sobre las oraciones de su madre.
C. H. Spurgeon, Vol. 3 Pág. 103

Predestinación

“Yo no dudo de que el Señor haya establecido, en lo concerniente a cada uno de Sus elegidos, el momento exacto cuando han de pasar de muerte a vida, la instrumentalidad precisa por medio de la cual serán convertidos, la palabra exacta que impactará con poder en sus mentes, el período de convicción que experimentarán, y el instante en que prorrumpirán en la gozosa libertad de una sencilla fe en Cristo. Todo está establecido, todo está arreglado y predeterminado en el propósito divino. Si los propios cabellos de nuestra cabeza están todos contados, mucho más lo están las circunstancias del más importante de todos los eventos que pudieran ocurrirnos”.
C. H. Spurgeon. Sermones, Vol. 13, Pág. 687

domingo, 9 de mayo de 2010

Teoría aceptada

Propongo como una teoría, que un hombre cristiano no pregunte: "¿Estoy llamado a predicar el evangelio? Sino que debe preguntar ¿Hay alguna razón para que yo no predique el evangelio?" El viejo plan era que los jóvenes predicaran ante la Iglesia para ver si podían predicar. Creo que debemos educarlos de tal manera que sólo que demuestren que no pueden predicar, no prediquen.
C. H. Spurgeon; sermón #3551
No tengo duda de que, si tenían hombres que podían predicar el evangelio, les pedían que fueran y lo predicaran; y si algunos salían de viaje, ya fueran capitanes o mercaderes que iban de lugar en lugar, o personas de influencia, o lo que fueran, les decían, "A cualquier lugar que vayan perseveren en propagarlo. Prediquen el Evangelio; divulguen a Jesucristo. Sean misioneros, todos ustedes." Ahora pues, en esto puedo regocijarme, y lo haré, pues así ha sido entre nosotros. En este momento presente, supongo que no menos de trescientos de nuestros hijos que hemos tenido en las rodillas, están predicando el Evangelio, mientras yo predico aquí, quiero decir ministros de Cristo predicando el evangelio. Además de eso, por todas esas calles están predicando nuestros evangelistas en las esquinas. Debería haber aún más de ellos. Algunos de ustedes que vienen a oírme los domingos en la noche, no deberían venir. Si tienen la gracia de Dios en su corazón, vengan y obtengan suficiente carne espiritual para que se alimenten, pero recuerden que Londres está desfalleciendo por falta del Evangelio. ¿Cómo se atreven ustedes, entonces, a estar sentados quietos para gozar del Evangelio mientras los hombres perecen? Hay casas que son accesibles; hay salas pequeñas y grandes; hay esquinas; hay todo tipo de lugares en donde se puede predicar a Jesús. ¡Oh! Esforcémonos con toda nuestra fuerza para hacer que sea conocido a lo largo y a lo ancho de esta gran ciudad.
Sermón #3551. C. H. Spurgeon

¡Oh! Cuán feliz sería cualquier pastor cuyo pueblo fuera tan piadoso, tan unido, tan generoso, tan perseverante, tan devoto, tan lleno de fe y del Espíritu Santo, que por todos lados se hablara de ellos, y por ellos, por su conducta, la Palabra de Dios resonara en otras partes. Asegúrense de eso, hermanos míos, asegúrense de eso. Dios nos ha colocado donde somos observados por muchos. Denles algo para observar que sea valioso. Con los ojos de una multitud de testigos sobre nosotros, corramos con paciencia la carrera que nos es asignada.
Sermón #3551 - C. H. Spurgeon.
¡Oh! Bendito es ese hombre para quien nuestro Evangelio llega con el Espíritu Santo. Amados, no nos admira si las personas se burlan del Evangelio en sí mismo, o si otros lo oyen y no son conmovidos por él, porque el Evangelio en sí mismo es como una espada sin el brazo de un guerrero que la sostenga. Pero cuando el Espíritu de Dios viene, el hombre ya no duda más. Es cuando Él coloca la verdad en el corazón (de manera que alma y espíritu, articulación y médula, se sumergen en ella) que los hombres son convencidos, convertidos, salvos, y la verdad es para ellos ciertamente una cosa viva. Rueguen, oh amados miembros de esta iglesia, rueguen porque la palabra de Dios, nuestro evangelio, pueda venir en el Espíritu Santo.
Sermón #3551 - El Evangelio nos llegó en poder.

viernes, 7 de mayo de 2010

Diario de Spurgeon

5 de Mayo – 1850

Un tercero, pero muy potente sermón, sobre Juan 1: 5. ¡En qué medida ha de ser el pueblo de Dios un pueblo propio, celoso de buenas obras! ¡Señor, ayúdame a honrarte! Esta tarde participé en la cena del Señor; fue un regio festín para mí, digno del hijo de un Rey. El señor S. se dirigió a mí delante de toda la gente. Escuela dominical por primera vez, y pasé visitando a la gente con mi amigo M. Me gusta bastante mi nuevo trabajo. Reunión de oración de los maestros después del servicio nocturno, de 8 a 9; cinco de nosotros oramos. Fui a cenar a casa del señor B. Hablé con el joven C. Me detuve para la oración familiar, pasadas las diez de la noche. Estuve demasiado excitado el día de hoy, en medio del atareado torbellino de una acción constante para sentirme tan sólido como podría desearlo. ¡Roca de la Eternidad, átame a Ti! Puedo sentir la ley mala todavía obrando en mí. Todo es de Dios. Él cumplirá Su promesa.

“Su honor está comprometido a salvar
A la más insignificante de Sus ovejas”.