viernes, 27 de marzo de 2009

Cartas desde el sufrimiento - No.23

Menton, 6 de Marzo (no se indica el año)

Queridos amigos:

Estoy sumamente feliz ante el prospecto de verlos pronto cara a cara, y de hacerlo con gozo. La mano misericordiosa del Señor me ha restaurado en cuerpo y mente, y estoy muy entusiasmado porque por muchos días podré laborar entre ustedes sin un quebrantamiento de salud similar al que me incapacitó. Necesitaba cada uno de los días de reposo que he disfrutado, pero es muy deleitable para mí estar cerca del término de mi forzado silencio y tener la perspectiva de proclamar de nuevo ‘el glorioso evangelio del Dios bendito’.

El éxito de los servicios especiales debe de haberles animado mucho a todos ustedes, y es tiempo de ver la recolección, ahora que estamos llenos de gratitud por la cosecha. Habrá la necesidad de introducir a los convertidos a la comunión cristiana, y, luego, de consolarlos e instruirlos adicionalmente en el temor del Señor. Uno de nuestros deberes consistirá en mantener una cálida temperatura en la iglesia, pues sería muy dañino que los pequeñitos fueran conducidos a una casa de hielo. Todos hemos de esforzarnos para hacer de la iglesia un hogar feliz para los recién nacidos del Señor y procurar hacerles sentir cuán bienvenidos son. Yo no puedo sugerirles qué pueda hacer cada uno, pero puedo animar a cada uno de mis amados hermanos y hermanas a descubrir su propio trabajo, y ponerse a cumplirlo con aquella prontitud y júbilo que son la vida misma del éxito. Todos hemos de volver a principiar. Como el pastor volverá a comenzar, entonces, todos aquellos que se han vuelto perezosos o que se sienten incapaces, han de volver a comenzar con él. ‘Jehová se acordó de nosotros; nos bendecirá’.

Les agradezco que hayan mantenido la ofrenda para el Colegio durante tanto tiempo y tan bien. Es nuestra principal manera de divulgar el Evangelio, y uno de los mejores medios colocados al alcance de los cristianos. El envío de ministros en el nombre del Señor toca el punto más vital de la gran causa, y yo, al menos, siento que no puedo involucrarme en una obra más útil. Por tanto, por mil razones, hemos de mantener a nuestro Colegio muy bien provisto, pero especialmente nos esforzamos por ayudar, por causa de nuestro Señor.

Reciban las seguridades de mi recuerdo continuo de todos ustedes. Los llevo en mi corazón. La paz sea con ustedes y con sus hogares.

Afectuosamente,

C. H. Spurgeon

La sencillez del verdadero Evangelio

Tres o cuatro hechos simples constituyen el Evangelio según lo expone Pablo en el capítulo quince de su primera Epístola a los Corintios:

"Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras."

Nuestra salvación depende de la encarnación, vida, muerte y resurrección de Jesús.

El que cree rectamente en estas verdades, ha creído en el Evangelio, y creyendo en el Evangelio, encontrará en él, sin duda alguna, la salvación eterna.

C. H. Spurgeon

sábado, 21 de marzo de 2009

Cartas desde el sufrimiento - No.22

Menton, 7 de Febrero (año desconocido)

Mis amados amigos:

Después de gozar de unas cuantas noches de reposo y días de sosiego, me siento en franca recuperación, y mi corazón rebosa alabanzas y acciones de gracias para con nuestro Dios clemente. Las oraciones de ustedes han sido incesantes y han prevalecido y yo estoy muy agradecido con todos ustedes. En tanto que pueda hacerlo, será mi gozo servirles, y mi única aflicción ha sido que la enfermedad debilita mis poderes y me incapacita para desempeñar mis dichosos deberes entre ustedes. El puesto que ocupo requiere de un hombre en sus mejores condiciones, y últimamente yo he estado lejos de ser ese hombre. Sin embargo, sabemos Quién es el que da fortaleza al desfallecido y, por eso, confiamos que esos débiles esfuerzos no hayan sido ineficaces.

Estaré doblemente endeudado para con la bondad de nuestro Señor, si el resto de mi descanso confirma la beneficiosa labor que ha comenzado. He tenido miedo de que mi mente me falle. Ese miedo ha desaparecido ahora, pero no podría decir cómo me sentiría si siguiera mi agenda completa de inmediato. Espero que el reposo adicional me fortalezca para el futuro.

Todavía no he tenido noticias sobre los servicios especiales, pero espero que cada miembro esté trabajando para que sean un éxito. Oren por los servicios especiales, hablen de ellos, asistan a ellos, lleven a otros a esos servicios. Nuestros dos evangelistas son los instrumentos apropiados, pero se necesita de una mano que trabaje junto a ellos. Invoquen a Aquel a quien pertenece esa mano, y Él obrará según Su beneplácito. Los tiempos son tales que las iglesias que sostienen las antiguas verdades tienen necesidad de ser activas y llenas de energía para que el poder del Evangelio pueda ser hecho manifiesto a todos. Necesitamos levantar el estandarte por causa de la verdad. Una iglesia tan numerosa como la nuestra puede lograr grandes cosas por el poder del Espíritu Santo, y para ello basta que seamos enteramente denodados una vez. Jugar a la religión es algo calamitoso: tiene que ser todo o nada.

La paz y un abundante amor sean con todos ustedes.

Su amigo de todo corazón

C. H. Spurgeon
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viernes, 13 de marzo de 2009

Cristo siempre

Cristo no estaba nunca lejos de los pensamientos o de la conversación del señor Spurgeon. En una ocasión, estando en Roma, subió hasta la parte más alta del Coliseo, contempló la arena donde tantos cristianos murieron por su fe, y allí comenzó a cantar:

No me avergüenzo de reconocer a mi Señor
O de defender Su causa;
Mantener el honor de Su palabra,
La gloria de Su cruz.

En una de las muchas conferencias sobre viajes que dictó, concluyó así:

"Si no pueden viajar, recuerden que nuestro Señor Jesucristo es más glorioso que todo lo demás que pudieran ver jamás. Tengan un visión de Cristo y habrán visto mucho más de lo que los montes y las cascadas y los valles y los mares pudieran mostrarles. La tierra podría darles su belleza, y las estrellas su brillo, pero todo ésto, reunido, no podría rivalizar con Él."

Tomado de: Spurgeon, Heredero de los Puritanos. Ernest W. Bacon.

Cartas desde el sufrimiento - No.21

(Sin fecha)

Queridísimos amigos:

Estoy muy contento ya que quienes suplieron mi puesto el domingo pasado fueron habilitados por la gracia para alimentar sus almas. Poco importa quién distribuya el pan para que les llegue recién salido de la mano de Jesús. Me uno a ustedes en ferviente oración para que los hermanos que han venido tan generosamente en mi socorro este día, tengan un auxilio igualmente adecuado de nuestro Señor y de Su Espíritu. Yo les agradezco, pero a la vez los envidio, y gustosamente pagaría la recompensa de un rey, si la tuviera, por el privilegio de predicar en este día. Mi envidia se condensa en una oración para que todos los embajadores de mi Señor, sean prosperados en este día para que Su reino de paz crezca vigorosamente en la tierra.

Después de soportar mucho dolor intenso, estoy recuperándome ahora y como un niño chiquito estoy aprendiendo a ponerme de pie, y a tambalearme de una silla a otra. La prueba es lacerante pero no dura mucho, y hay en ella mucha causa para estar agradecido. Mis últimos dos ataques han tenido ese carácter. Pudiera ser la voluntad de Dios que tenga muchos más ataques de estos y si así fuera, espero que tengan paciencia conmigo. He seguido todo en cuanto a la dieta, abstinencia de estimulantes, y todo lo que me fue indicado, y como el mal continúa todavía, la causa debe estar en otra parte. Llamamos a este mal gota a falta de algún nombre, pero difiere en mucho de aquello que se clasifica bajo ese nombre. En las últimas dos ocasiones tuve una inusual presión de trabajo sobre mí y mi salud se quebrantó. Mi posición entre ustedes es tal que sólo puedo proseguir a un paso medio, sin tener que hacer nada extra, pero las labores adicionales me derriban. Si yo fuera un hombre de hierro, ustedes contarían con mi fortaleza completa hasta que la última partícula se hubiere desgastado, pero como sólo soy polvo, ustedes han de tomar de mí lo que les pueda ofrecer sin esperar nada más. Que el Señor acepte mi servicio.

Ahora los entrego, queridos amigos, al cuidado del Señor. Nada me alegraría tanto como oír que Dios está entre ustedes y esto lo juzgaré por las importunas reuniones de oración, las buenas obras de la iglesia realizadas sistemáticamente y sostenidas liberalmente, y por los convertidos que pasen al frente para confesar su fe en Cristo. Busco esto último y lo anhelo cada semana. ¿Quién está con el Señor? ¿Quién? Herido en la batalla, me yergo apoyado en mi brazo y les grito a quienes me rodean y los exhorto a apoyar la causa de mi Señor, pues si fuéremos heridos o muertos por Su causa habríamos ganado todo. Por el esplendor del amor redentor, exhorto a cada creyente a confesar a su Señor y a vivir enteramente para Él.

De ustedes en Jesucristo,

C. H. Spurgeon

domingo, 8 de marzo de 2009

Una sólida obra

Durante los largos períodos de enfermedad de Spurgeon, los diversos ministerios del Tabernáculo continuaban siendo bendecidos. El señor Carr, uno de sus diáconos, le escribió de esta manera durante una de sus ausencias: “Su larga aflicción, y su tedioso confinamiento, han producido ya algunos frutos apacibles. El carácter estable de su obra ha sido demostrado. Si la iglesia hubiese sido construida sobre la base de su popularidad como predicador, las congregaciones no habrían sido tan bien mantenidas durante su ausencia; pero, lejos de ser ése el caso, las reuniones de oración y los servicios semanales de comunión cuentan con una gran asistencia, aun cuando el clima severo, si usted hubiera estado aquí, habría sido suficiente para explicar algunas ausencias”. Spurgeon viajó a Menton a principios de Noviembre de 1881, regresando a tiempo para presidir las festividades navideñas en el Orfanato. El primer ministro de Inglaterra, W. E. Gladstone, visitó el Tabernáculo la noche del domingo 8 de Enero de 1882.

Cartas desde el sufrimiento - No.20

Mentone
19 de Noviembre de 1881

A mis amigos en casa:

Estoy descansando cómodamente. Les pido que oren para que recupere fortaleza en cuerpo, alma y espíritu, y regrese a mi labor para llevar a cabo un mayor trabajo del que se me ha dado hacer hasta aquí. En este momento, se están dando unos servicios de avivamiento en el Tabernáculo y yo les pido a todos los amigos que se esfuercen conjuntamente en sus oraciones para obtener una mayor y extraordinaria bendición. Especialmente pido a todos los miembros de la iglesia que se levanten y actúen, pues el tiempo es breve, los hombres están muriendo, la maldad abunda y hay necesidad de que el Evangelio sea predicado con poder.

Con ferviente amor en Cristo Jesús.

De ustedes por siempre

C. H. Spurgeon.

jueves, 5 de marzo de 2009

Una exhortación

Les exhorto a que rasguen sus corazones y no sus vestidos. Sigan a Cristo espiritualmente; sigan a Cristo en sus propias almas, pues de lo contrario los sacramentos serán su ruina, e incluso al tratar de mantenerse alejados de la contaminación ceremonial, se estarán contaminando con la hipocresía.
C. H. Spurgeon, sermón no.1644, La primera comparecencia de nuestro Señor ante Pilato.

Los Oficios de Cristo

Cristo es un maestro para ser rey; Cristo es un modelo para ser rey; Cristo es un Salvador para ser rey; este es el gran propósito y objetivo que Él tiene en Su vida, en Su muerte, en Su resurrección, y en Su segunda venida: para establecer un reino entre los hijos de los hombres para la gloria de Dios.
C. H. Spurgeon, sermón no.1644, La primera comparecencia de nuestro Señor ante Pilato.

Cristo, el Rey de gloria

Yo bendigo a Dios porque nos ha trasladado “al reino de su amado Hijo”. “Tú eres el rey de gloria, oh Cristo”. Cuando digo: “Venga tu reino”, no quiero decir que comience a establecerse en la tierra, sino que continúe estableciéndose en nuevos lugares, que se extienda y que crezca, pues Jesús, en este preciso momento, tiene un reino sobre la faz de la tierra y quienes conocen la verdad, pertenecen a él, y le reconocen a Él como el testigo real por quien el reino de la verdad ha sido fundado y sostenido.
C. H. Spurgeon, sermón no. 1644, La primera comparecencia de nuestro Señor ante Pilato

miércoles, 4 de marzo de 2009

Jesús es Señor y Dios

Oh, hermanos, vivan como aquellos que sienten que cada palabra de Jesús es ley, y que deben hacer lo que les ordena, tal como se los ordena, y debido a que se los ordena; y así, todos los hombres han de saber que para ustedes, Jesús es Señor y Dios.
C. H. Spurgeon. Sermón 1644 - La primera comparecencia de nuestro Señor ante Pilato.

¿Es Cristo nuestro Rey?

Ah, hermanos, no neguemos nosotros mismos nunca que Jesús es un rey; pero lo haríamos si no viviéramos de acuerdo a Su mandato. Oh, ustedes que aseveran que son de Cristo, pero que no viven de acuerdo a las leyes de Cristo, ustedes prácticamente niegan que Él sea un rey. Yo temo a los hombres que dicen: “Nosotros creemos, y, por tanto, somos salvos”, y luego no viven en santidad, pues estos dividen los oficios de nuestro Señor, defendiendo Su sacerdocio y negando Su reino. Medio Cristo no es Cristo, un Cristo que es un sacerdote pero que nunca es rey no es el Cristo de Dios.

C. H. Spurgeon. Sermón no.1644 - La primera comparecencia de nuestro Señor ante Pilato