viernes, 31 de octubre de 2008

Cartas desde el sufrimiento - No.11

Hotel de la Paix, Menton
14 de Noviembre de 1879

A mi iglesia, congregación, y lectores de los sermones

Queridos amigos:

Durante mi ausencia, ustedes esperan tener noticias mías por medio de una pequeña nota agregada al final del sermón semanal. El amable interés sugerido por esta expectativa es muy valioso para mí, y por esa razón no la decepcionaré. Prefiero correr el riesgo de ser egoísta antes que tratar el afecto cristiano con frialdad. No hay demasiado de este afecto en el mundo, y donde sobrevive, merece ser cultivado. Yo soy favorecido con amor fraternal más que la mayoría de los hombres, y estoy sumamente agradecido por ello.
He comenzado un corto período de descanso en esta encantadora región. Aceptando el consejo de los médicos, salí antes de que las afecciones reumáticas me hubieren prostado, y espero poder escapar mi ataque usual en este clima propicio, y acumular fuerzas para luego regresar a mediados de Enero, fortificado para soportar el resto del invierno. En anteriores ocasiones, la mayor parte de mi vacación la he pasado recuperándome lentamente de la debilidad corporal y de la depresión espiritual, pero esta vez confío en que lo usaré para ordenar los pensamientos y acumular fuerzas para uso futuro. Oren por mí para que así sea, pues yo deseo vehementemente continuar con la obra del Señor sin enfrentar serios obstáculos causados por la enfermedad de los años anteriores.
Queridos amigos en casa, les suplico que no permitan que nada los haga decaer. Animen por medio de su presencia a aquellos que predican en sustitución mía. Mantengan las reuniones de oración y los servicios de mitad de semana, y sostengan la ofrenda para el Colegio del Pastor, que en este momento es insuficiente. Se requerirán más de cuarenta libras esterlinas cada semana para llegar al total de 1,879 libras esterlinas.
Siempre preparo cuidadosamente el sermón semanal, y no resultará menos interesante simplemente por no haber sido predicado el domingo pasado. El discurso será tan nuevo para la mayoría de mis lectores como si hubiese sido predicado ayer, ya que no lo han visto ni escuchado nunca antes. Espero poder escribir unos cuantos sermones cortos bajo los olivos, y haré lo mejor posible para que resulten interesantes. Ruego a mis lectores, por tanto, que no se imaginen que mi ausencia de Londres establecerá alguna diferencia en cuanto a la publicación semanal de estos sermones. Espero que el reposo contemplativo me permita predicar mejor cuando regrese, pero de otra manera, mi ausencia temporal de Inglaterra no afectará la publicación semanal regular del Púlpito del Tabernáculo Metropolitano.
Hace aproximadamente un mes, el sermón titulado “Entre Leones” generó un interés inusual. Espero que el presente sermón. “Los Dromedarios”, será considerado igualmente útil, aunque no es un solaz para los calumniados, sino un estímulo para los que son activos.

Con ferviente afecto cristiano,

Suyos de corazón,

C. H. Spurgeon


Nota: los sermones mencionados, “Entre Leones” y “Los Dromedarios” ya están traducidos y se encuentran en el sitio www.spurgeon.com.mx Recomendamos ampliamente su lectura o relectura.

viernes, 24 de octubre de 2008

Los descendientes directos de Spurgeon

Después de la muerte de su hermano James y de sus hijos gemelos Tom y Charles (no idénticos), encontramos a sus descendientes esparcidos a todo lo largo de la Comunidad Británica. Aunque hoy día casi cualquier directorio telefónico de cualquier país anglófono contiene una lista de personas con el apellido Spurgeon, sólo unos cuantos son descendientes directos de Charles Haddon Spurgeon. El resto son descendientes de otras líneas de los Spurgeon que llegaron de Holanda más o menos al mismo tiempo que los antecesores de Spurgeon.
De los descendientes de Spurgeon, después de la muerte de su hermano James y de sus hijos Thomas y Charles, es digno de mención Harold Spurgeon, el hijo de Thomas. Al igual que su padre, poseía el don de la poesía y se convirtió en un experto en letras clásicas y fue exegeta de griego. En 1916 se incorporó al Colegio Bautista Irlandés como tutor, y nueve años después fue nombrado Director. Laboró allí hasta 1963. Solía predicar una vez al año en el Tabernáculo Metropolitano. Era un calvinista convencido. Ha sido descrito como “un hombre de granito que lloraba como un niño”. Se parecía a su abuelo en su aspecto, siendo la única diferencia que no usaba barba. Harold fue el primer ‘inconforme’ o ‘no-conformista’ que recibió la licenciatura en teología del Trinity College, Dublín.
En cuanto a la familia de Charles Jr., su hija, Dorotea Spurgeon casó con el Reverendo A. Cunningham-Burley, un ministro bautista. Fueron depositarios de muchos artículos personales y cartas de Spurgeon. Escribió un libro: Spurgeon y sus amistades.
Aparentemente, los únicos descendientes identificables son el señor y la señora J. Archer Spurgeon, nietos de su hermano James. Estamos hablando de los años alrededor de 1990. Aparentemente, en Australia, también hubo algunas bisnietas, de nombre, Dorothy Jackson, Ruth Saffrey, Edith Jackson y Grace Green. Estas cuatro hermanas fueron hijas de James Jackson y Minnie. James fue el hijo de Rebeca, hermana de Charles Haddon Spurgeon.
Todos nosotros podemos ser de alguna manera descendientes de Spurgeon, pero en un sentido espiritual. Esto quiere decir algo más que leer sus sermones o algunos otros libros. Significa algo más que suscribir su calvinismo evangelístico, o que estar de acuerdo con la posición que asumió en la ‘Controversia del declive’.
Lo importante es dar a conocer las doctrinas, predicar el Evangelio completo, sin despojarlo de nada: el hombre, el pecado y la gracia; la Deidad; la persona y la obra de Cristo; la obra y la personalidad del Espíritu Santo; la vida individual y corporativa del cristiano; la segunda venida de Cristo y la consumación de todas las cosas. Todo esto predican y enseñan los verdaderos descendientes de Spurgeon.
Pero, ¿qué pasa con aquellos que no pueden predicar? Pueden dar testimonio, como lo hizo Spurgeon, en el tren, en el metro, en autobuses, en las tiendas, en otros lugares públicos, en barcos y en cualquier lugar que se presente la oportunidad.
¿Qué les diría Spurgeon a sus descendientes espirituales hoy, si estuviera aquí? Seguramente, con las palabras de su “manifiesto final”, La mayor lucha del mundo, diría: “Salgan con los escuadrones de los piadosos, y que cada hombre sea fuerte en el Señor, y en el poder de Su omnipotencia. Como hombres resucitados de los muertos, salgan en el poder vivificador del Espíritu Santo: no tienen ninguna otra fuerza. Que la bendición del Dios trino descanse en ustedes, en todos y en cada uno, por Jesucristo nuestro Señor”. Amén.

jueves, 23 de octubre de 2008

Los puritanos y Spurgeon

Los puritanos eran hombres de Dios que llevaron una luz espiritual a Inglaterra, y estamparon una grandeza moral en ese país que ningún otro grupo, religioso o secular, ha logrado jamás. Sin embargo, muy pocos seres han sido más persistentemente difamados y tergiversados que ellos. La simple palabra ‘puritano’ se ha convertido en muchas partes en un término de escarnio, que implica un lóbrego fanatismo, hipocresía, estrechez de mente e intolerancia ignorante. Hoy, si alguien apoya las claras doctrinas bíblicas y la adoración sencilla, o se opone a la degradación moral, a la injusticia política, a la apostasía de la iglesia, a los juegos, al alcohol y a las diversiones nocivas, o a la secularización del día del Señor, será tildado con seguridad de ‘puritano’. El odio en contra de los puritanos fue fomentado deliberadamente por sus enemigos políticos y eclesiásticos en el reinado de Carlos II, muchos de los cuales eran enemigos declarados de la verdad y la piedad. Pero el término ‘puritano’ es un símbolo de honor; parte del vituperio de Cristo, sufrido por hombres que no temen o se avergüenzan de salir a Él, “fuera del campamento”.

El movimiento puritano se extendió más o menos desde el año de 1560, cuando la reina Isabel I estaba forzando la conformidad en la liturgia y en las ceremonias, hasta 1688, el año de la ‘Revolución Gloriosa’, cuando Guillermo de Orange, “el calvinista real”, destronó a los Estuardo. Pero los puritanos tuvieron poder y control del gobierno únicamente durante aproximadamente veinte años, de 1640 a 1660, bajo el gobierno del Señor Protector Oliver Cromwell.

El puritanismo comenzó como un movimiento de reforma dentro de la Iglesia de Inglaterra contra todas las tendencias que favorecían a la Iglesia de Roma. En 1572 los puritanos elaboraron una exposición de su posición que fue llamada La Admonición, que fue presentada al gobierno. Protestaban porque muchos ministros no tenían un verdadero llamado de Dios y eran ignorante e ineficientes; exhortaban que únicamente aquellas cosas que la Palabra de Dios ordenaba fueran aceptadas en las iglesias o expresadas en la adoración; objetaban el uso de la ‘sobrepelliz’ porque era un atuendo sacerdotal, la señal de la cruz en el bautismo como algo supersticioso, arrodillarse en la cena del Señor ya que implicaba adoración de los elementos del pan y del vino; y la observancia de diversos festivales debido a su origen pagano. Deseaban purificar los servicios de todo remanente de la enseñanza, práctica, y supersticiones de la Iglesia de Roma, y dotar a cada parroquia de un ministro sincero, de orientación espiritual y que fuera predicador. Sus principios fueron rechazados.

Cuando Jacobo I accedió al trono en el año de 1603, había más de mil clérigos puritanos que eran sólidos en teología reformada y en prácticas reformadas. Lado a lado con este movimiento dentro de la Iglesia de Inglaterra, surgió un movimiento separatista, conformado por: independientes, presbiterianos, bautistas, etc., que constituyeron las iglesias libres de la tierra. Sus principios coincidían en gran manera. Más tarde, con el Acta de Uniformidad de 1662, y la expulsión de los puritanos de la Iglesia Estatal, se aplicó el nombre ‘puritano’ a los no conformistas o inconformes.

Tres factores vitales contribuyeron grandemente al crecimiento y progreso del puritanismo: la fundación de ‘Emmanuel College’, Cambridge, (uno de los Institutos de la Universidad de Cambridge), donde se educaron muchos excelentes teólogos evangélicos. El segundo factor fue la producción de la Confesión de Fe de Westminster, que fue elaborada por la Asamblea de Westminster en el año de 1647, que expone el sistema de fe puritana y da una definición comprensiva de la doctrina calvinista con citas de la Escritura. En tercer lugar están los voluminosos escritos tanto doctrinales como prácticos de autores puritanos. Después de 1662, cuando muchas de sus voces fueron silenciadas, sus plumas estaban más activas que nunca. Solamente Richard Baxter escribió no menos de 168 libros. Los grandes nombres puritanos son: Goodwin, Baxter, Owen, Brooks, Charnock, Manton, Sibbes, Howe, Marshall, Watson, Ness, Poole-Conner, Bridges, Calamy, Clavel, Bifield, y muchos más.

El señor Spurgeon estaba empapado de los principios puritanos, de sus perspectivas, y de sus escritos. Desde su más temprana edad comenzó a leer a los puritanos. Eran sus autores favoritos. Son incomparables por su sana doctrina, fortalecimiento de la fe, dulzura del consuelo, examen del corazón y su exaltación de Cristo. Durante toda su vida, Spurgeon encendió su antorcha con el fuego puritano el cual brilló en su mano intensamente durante todo su ministerio. ¡Fue en verdad un heredero de los puritanos!

domingo, 19 de octubre de 2008

Cartas desde el sufrimiento - No.10

Menton
5 de Marzo de 1879

Con gran gratitud para con Dios puedo reportar que mi salud y mi ánimo están totalmente recuperados. Todavía estoy lejos de tener fortaleza en mis pies y después de una breve caminata, sufro de dolores en las rodillas, pero incluso esto está mejorando y tengo todas las razones para esperar y para creer que en el tiempo señalado seré plenamente capaz de resumir mi amada labor. Deseo presentar amorosas salutaciones a todos los queridos miembros de mi iglesia, y desear a cada uno de ellos todas las bendiciones.

C. H. Spurgeon


Nota: El señor Spurgeon regresó a Londres en Abril muy recuperado de salud. El servicio del domingo de Pascua fue uno de acción de gracias, y se basó en el Salmo 145: 7: “Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad.”

El mes de Mayo tuvo lugar la celebración de la reunión especial que marcaba los 25 años de Spurgeon como pastor. Él explicó por qué dio todo el ‘Fondo Testimonial’ (los regalos que recibió), a la obra del Señor, con estas palabras: “Cuando me entregué a Él al principio, para ser Su ministro, nunca esperé que me diera nada excepto el vestido que debía ponerme y pan para comer. Recuerdo cuando mi ingreso anual era de 45 libras esterlinas al año. Bien, no lo sé, pero creo que tenía más dinero disponible entonces, del que tengo ahora. No tenía tantas cosas que me obligaran; nunca quería nada. Cuando llegué a Londres deseaba guardar el sentimiento que había de servir a Dios por completo, y entregarme yo, y todo lo que poseyera jamás, enteramente a Él, y ser un hombre común dependiendo de la liberalidad de Dios… Algunas veces recibo solicitudes de préstamos de cientos de libras esterlinas, de parte de gente que supone que soy un hombre muy rico. Nunca fui un hombre rico, y nunca lo seré; y, sin embargo, soy el hombre más rico de Inglaterra, si pueden descifrar eso, porque no hay nada que quiera en la tierra que no lo tenga. No tengo ningún deseo que no sea gratificado y satisfecho, excepto que siempre quiero estar haciendo más por Jesucristo, si fuera posible.”

domingo, 12 de octubre de 2008

Cartas desde el sufrimiento - No.9

Menton
20 de Febrero de 1879

Queridos amigos:

Cuando esta nota sea impresa, los servicios especiales del Tabernáculo estarán llegando a su conclusión, y será conveniente esparcir la simiente con renovadas súplicas. ¿Acaso será en vano tanto esfuerzo? No puede ser; y, sin embargo, todo depende de la obra poderosa del Espíritu de Dios, y, por tanto, hemos de buscar Su rostro si queremos ver grandes resultados. Yo sugiero que cada lector del sermón dedique un tiempo especial de oración el próximo domingo, y suplique por el avivamiento de la religión evangélica. El periódico The Times pronunció el responso fúnebre de los que creen en el Evangelio, pero este grupo no está muerto ni siquiera en la Iglesia Establecida (la iglesia anglicana), y en verdad, tampoco entre los ‘disidentes’. Sin embargo, hemos de orar para que muestre una vida más vigorosa. Hay necesidad de esas súplicas, pero deben ser presentadas con fe y con santa importunidad. Que así sea.

En cuanto a mí, sólo una palabra. Me estoy recuperando, y el descanso está restaurando mi mente y mi corazón. Oren por mí.

Su servidor de siempre,

C. H. Spurgeon

Nota: esta carta fue enviada junto con un sermón escrito.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Spurgeon y la lectura

Podemos estar seguros de que la mente de Spurgeon era amplia y no estaba sujeta a un solo interés; era un hombre de amplias lecturas. Le interesaban la literatura, la biografía, los viajes, la ciencia, la historia, la poesía, así como la teología. Leyó todos los dramas de Shakespeare, y algunos de ellos los leyó varias veces. La vida de Johnson era una de sus lecturas favoritas, que leía repetidamente. Conocía a Scott, Dickens y Trollope. Su biblioteca abarcaba todos los temas de importancia que han cautivado a la mente humana, y con frecuencia enviaba a su secretario, el señor Harrald, a la biblioteca del Museo Británico para que recabara información adicional sobre diversos temas.

Spurgeon leía con mucha rapidez, y tenía el propósito de leer media docena de libros sustanciosos cada semana. A veces se sentaba con cinco o seis libros a la vez y dominaba su contenido en una sesión. W. T. Stead, un famoso periodista, le hizo una prueba amigable para ver su poder de captación del contenido de cinco libros leídos en una tarde, y pasó la prueba con sorprendente habilidad, para la admiración del señor Stead.